Proscripción del deseo
Y salir de la madre
como del espejo
Lo descomunal
de ese no retorno
lo que no aprendemos
romper con la sed
de una saliva hecha de ardores
Hasta la médula
la sonda del incendio insoportable
no retorne yo
con la mano hirviendo
a tocarla
ni a suplicar su olor
cuando por la rotura
entre a la madre a buscarla.
MARCELO CARNERO (Argentina)